El milgaro de la Vilueña
El milgaro de la Vilueña se celebra anualmente cada 9 de noviembre.
Cuenta la historia que la noche del 8 de noviembre de 1601, fechas en las que La Vilueña pertenecía al señorío de los Zapata, se desató un voraz incendio en la Iglesia de Santa María. Las llamas arrasaron con el altar mayor y parte de la iglesia. Un vecino de Munébrega divisó el fuego y alertó a los vecinos de La Vilueña. Las llamas no asustaron a los fieles que lucharon sin descanso hasta extinguir las llamas. Convertido el templo parroquial en ruinas, los vecinos se afanaron en encontrar el Sagrario, la cajita que recogía las sagradas formas. Tristemente compronaron que no había quedado ningún resto del sagrado vaso. Aún así, Jacinto Cabrerizo y Juan Tirado, animaron a sus vecinos a seguir buscando las sagradas formas. Finalmente, dieron con la cajita de plata que albergaba el Santo Sacramento. El párroco abrió la arquita y para gozo y júbilo de los vecinos mostró intactas las siete Sagradas Formas y la Mayúscula allí encerradas.
Días después del incendio, las autoridades de la Villa dieron cuenta a los reyes Felipe III y y a Margarita de Austria haciendo llegar este milagro a Valladolid. Por ello, mandaron a su primer ministro, D. Francisco Gómez de Sandoval, duque de Lerma, quién concedió honores de Villa a La Vilueña.
Cuentan las malas lenguas que, años después, el Obispo de Tarazona de la época, Fray Diego de Yepes ofició misa en La Vilueña en 1608 consumiendo las Sagradas Formas.
Actualmente, se conserva únicamente la Arquita y Caja dónde se alojó el Santo Sacramento así como la columna de madera que sobrevivió al incendio en medio de la iglesia.
Romería de San Antón (17 de enero).
El sábado más próximo al 17 de enero se va en romería a la ermita de San Antón ubicada en un extremo del municipio dirección a Munébrega. Allí, se celebra misa en el interior de la ermita con la imagen de San Antón presidiendo y adornada con hiedra. Posteriormente, se encienden pequeñas hogueras en el exterior de le ermita y el Ayuntamiento reparte coquetas bendecidas por el cura. Tras compartir una comida campera, los vecinos regresan al pueblo.
Anteriormente, se celebraba durante varios días junto a San Sebastián por lo que La Vilueña guardaba fiesta siempre del 16 al 21 de enero. Incluso el último día se rifaba productos de la matacía que se realizaba en la Villa.
Cristo de la Capilla (3 de mayo).
El día 3 de mayo es fiesta mayor en la Vilueña. Se celebra el Cristo de la capita coincidiendo con la cruz de mayo. Actualmente, se celebra el primer sábado de mayo aunque, hace décadas los días de fiesta eran los días 2, 3 y 4 de mayo. Esta festividad tiene su origen a finales del siglo XVII. Por aquel entonces, se cuenta que la Marquesa de La Vilueña viajó desde tierras sorianas trayendo consigo una capilla y un Cristo. Tras pasar unos días en sus aposentos ubicados en la plaza, decidió volver a Vinuesa. Cuando estaba toda la comitiva preparada para viajar, resultó ser que las mulas y caballerías que tiraban del Santo Cristo no querían moverse manifestando así la voluntad del Cristo de quedarse en el pueblo para amparar a sus habitantes. A la talla, le falta un dedo de la que se cuentan dos anécdotas: una, que la marquesa enojada le arrancó la falange y, una segunda versión, que el dedo se desprendió tras recibir un beso de la marquesa. Desde entonces, los vecinos de La Vilueña que vivían principalmente de la agricultura sacaban en procesión al Cristo de la Capilla en épocas de sequía oyendo sus plegarias y lloviendo los días posteriores.
San Juan (29 de agosto).
Son las fiestas más actuales del municipio de La Vilueña. El penúltimo fin de semana de agosto se celebra en La Vilueña las fiestas de San Juan.
Toman como referencia el 29 de agosto, fecha en la que la iglesia conmemora el martirio de San Juan Bautista. De hecho es el único santo que se celebra tanto su nacimiento (24 de junio) como su muerte.